martes, 19 de marzo de 2013

A una transeúnte- Charles Baudelaire

                         A la que pasa 
La avenida estridente en torno de mí aullaba.
Alta, esbelta, de luto, en pena majestuosa,
Pasó aquella muchacha. Con su mano fastuosa
Casi apartó las puntas del velo que llevaba.

Ágil y ennoblecida por sus piernas de diosa,
Me hizo beber crispado, con un gesto demente,
En sus ojos el cielo y el huracán latente,
El dulzor que fascina y el placer que destroza.

Relámpago en tiniebla, fugitiva belleza,
Por tu brusca mirada me siento renacido.
¿Volveré acaso a verte? ¿Serás eterno olvido?

¿Jamás, lejos, mañana?, pregunto con tristeza.
Nunca estaremos juntos. Ignoro adónde irás.
Sé que te hubiera amado. Tú también lo sabías. 
                         (trad. de José Emilio Pacheco)

(V.O. en francés, aquí)
                  
Actividad propuesta:
Compara este poema de "Cuadros parisienses" con la versión fílmica que tienes abajo. Verás que no coinciden los contextos de espacio y tiempo pero sí lo esencial del poema: la captación del instante fortuito e intenso de un cruce de miradas y la conciencia de su belleza y fugacidad.
Comenta el valor significativo de ambos contextos (paseo urbano entre la multitud/ viaje en vagón de tren semivacío) y el estado anímico del personaje masculino antes y después del flechazo.



jueves, 14 de marzo de 2013

Si viajas a... París

Os dejo este video que he encontrado sobre París. No es un vídeo turístico al uso sino que propone un paseo por un París "diferente" o menos conocido. Las imágenes son de 2010 pero la mirada del paseante es la del flâneur del XIX, de ahí el título París errante. París flâneur.   


Hay una sección dedicada a los famosos pasajes comerciales parisinos, construcciones muy en boga en el S.XIX donde la vida (familiar, comercial y de ocio) bullía bajo sus arcadas de cristal y hierro.  Su número se redujo a la mitad tras la haussmanización. Estas galerías comerciales fueron transitadas y poetizadas por Baudelaire y en el siglo siguiente, Walter Benjamin (su traductor al alemán) las convirtió en el símbolo de la modernidad y del triunfo burgués en su famoso Libro de los pasajes que, por cierto, tiene clara influencia de la prosa baudelairiana. En la actualidad, estos pasajes son visitados tanto por lugareños como por turistas que rastrean las huellas del viejo París.

En el relato de Julio Cortázar titulado "El otro cielo" (1966), un personaje vive desdoblado entre un cielo real (el de Buenos Aires y sus Galerías Güemes en el S..XX) y otro cielo (el de las galerías Vivienne de París a finales del S.XIX). Merece la pena quedarse con la ambientación de la época.
   

miércoles, 13 de marzo de 2013

Pequeños poemas en prosa- Charles Baudelaire


Los Pequeños poemas en prosa o El spleen de París son 50 poemas en prosa que Baudelaire escribió algo después de Las flores del mal y que conectan con dos de las secciones de este libro: "Spleen e Ideal" y "Cuadros parisienses". Suele ocurrir en literatura que un autor, en su prosa, complementa o aclara ciertos aspectos o símbolos de sus poemas. Así que os recomiendo la lectura de algunos textos pinchando en este enlace de Pequeños poemas en prosa traducidos al español por Enrique Díez-Canedo.
Puedes leer algunos directamente relacionados con poemas de "Cuadros parisienses": "La desesperación de la vieja", "Las muchedumbres" y "Las viudas" se relacionan con "Las viejecitas" y "El crepúsculo vespertino" y  "La estancia doble" con "El crepúsculo de la noche" y "Sueño parisino", respectivamente.

Leeremos en clase: "El loco y la Venus", "A la una de la mañana", "Los ojos de los pobres", "Embriagaos", "Los beneficios de la luna" y el "Epílogo" (único poema del libro). También comentaremos algunas actitudes del Baudelaire flâneur y sus ideas sobre el poeta y su arte, la soledad, el spleen, la belleza, la imaginación, la muchedumbre y los infelices.

La influencia del libro fue tanta que se revitalizó el género de la prosa poética. Esta sería cultivada más tarde por los simbolistas franceses Mallarmé (Igitur) y Rimbaud (Iluminaciones) y en español, por modernistas y miembros de la Gen. del 27 como: Rubén Darío (Azul), J.R.J. (Platero y yo; Diario de un poeta recién casado) y Luis Cernuda (Ocnos) por poner algunos ejemplos que conozcas.        

viernes, 8 de marzo de 2013

Baudelaire y la sinestesia



La sinestesia literaria es recurrente en la poética de Baudelaire y en uno de sus poemas más famosos,  titulado "Correspondencias", cobra todo el protagonismo. En este poema, carta de presentación del simbolismo, hay mezcla de sentidos físicos entre sí (frescas fragancias) o entre estos y los sentimientos (fragancias corrompidas, gloriosas, triunfantes).
Este recurso poético nos es familiar y lo usamos en nuestro día a día cuando decimos, por ejemplo, amarillo chillón agria melancolía, de lo que se deduce que todos podemos tener un pequeño grado de sinestesia aprendida.

Pero lo que quizás desconozcas más es la sinestesia científica, es decir, la interferencia de sentidos en el mundo real, no ya en el literario y que experimenta un 1% de la población porque su desarrollo cerebral es distinto. No es una enfermedad sino un don para, por ejemplo, oir colores, ver sonidos o degustar  algo con solo nombrarlo o tocarlo.
Parece ser que las personas sinestésicas son creativas y gozan de un rico mundo interior. No en vano, se dice de Baudelaire y Rimbaud que eran sinestésicos, aunque hay otros que prefieren achacar a las drogas  estas curiosas vivencias.   

Para más información científica sobre el tema, puedes pinchar en este enlace del programa Redes dirigido por Eduard Punset. En él la artista Pepa Salas nos deja testimonio de su sinestesia.