lunes, 31 de marzo de 2014

Baudelaire y Poe (I): el misterio

Charles Baudelaire (1821-1867)       y       Edgar Allan Poe (1809-1849)

Como sabes, Baudelaire es un gran admirador del talento de Edgar Allan Poe.  Tanto se identificará con este escritor americano, que se convierte en su traductor al francés y en su defensor más encendido. Julio Cortázar, traductor de Poe al español y otro admirador y deudor suyo, estaba convencido de que Baudelaire era el doble de Poe. No solo repara en el gran parecido físico entre ambos (las frentes amplias y los ojos asimétricos) sino también en el psicológico (destaca el común gusto por lo necrofílico y misterioso; los problemas sexuales de ambos; su enorme talla poética y la misma actitud "curiosa" ante la vida).
E. A. Poe está considerado como el maestro del relato breve, el precursor del cuento de terror sicológico, del relato policial y la novela de ciencia ficción, así como el renovador de la novela gótica que ejerció una gran influencia en los simbolistas franceses y el surrealismo.
En este poema titulado "El cuervo", tenéis una muestra del gusto por los ambientes luctuosos y los contenidos oníricos, nocturnos, melancólicos y simbólicos de Poe. ¡También los has visto en poemas de Baudelaire! Aquí os dejo una versión audiovisual de este inquietante poema:

 
Si quieres leer el poema "El cuervo", pincha aquí.

Actividad propuesta:
Anota los poemas de Las flores del mal y más concretamente de "Cuadros parisienses" en donde Baudelaire incluye el elemento fantástico, participa de la nocturnidad, el misterio, el sueño, la muerte...


jueves, 6 de marzo de 2014

La hermana de Shakespeare

La celebración el próximo 8 de marzo del Día Internacional de la Mujer es la excusa perfecta para hablaros aquí de la escritora inglesa Virginia Woolf (1882-1941) y un ensayo muy famoso suyo de 1929, titulado Una habitación propia, en el que alude a Shakespeare y a la sociedad machista de la época isabelina. 


Virginia Woolf es una de las voces más innovadoras de la novela de principios del S.XX, es una autora versátil (escribe todo tipo de prosa y edita libros) y es feminista. En Una habitación propia la escritora da su visión femenina y feminista sobre el tema de "La mujer y la novela". Ella está convencida de que para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propioes decir, debe tener una independencia económica y personal que aún no tenía y de la que hasta el momento disfrutaban solo los hombres. A defender su tesis dedica los seis capítulos de que consta este ensayo en los que menciona anécdotas discriminatorias del mundo académico (cap.1); reflexiona sobre la invisibilidad pública de la mujer, de quien solo opinan los hombres (cap.2); denuncia la imposibilidad de la mujer de dedicarse a la escritura en la época de Shakespeare (cap.3) y resalta la importancia de todas las escritoras pioneras de los siglos XVIII y XIX (cap.4) y posteriores (cap.5) que aun teniendo menos bagaje que los hombres, fueron conquistando todos los géneros literarios. El feminismo de Virginia Woolf es integrador, no es excluyente para con el hombre, de ahí que en el capítulo 6, defienda la inteligencia andrógina, entendida esta como la que tiende a la armonía entre ambos sexos.


¡Pero volvamos a Shakespeare! Virginia Woolf lo admiraba y lo nombra muchas veces en su ensayo. En el capítulo tres imagina cómo hubiera sido la vida de Judith, una hipotética hermana de Shakespeare, poseedora de las mismas inquietudes y dotes literarias que su hermano. La autora llega a la conclusión de que Judith habría muerto en el intento de ser escritora porque serían demasiados los obstáculos que tendría que sortear a lo largo de su vida: siendo mujer tendría que ocuparse de las labores domésticas y no podría ir a la escuela ni disfrutar del ocio necesario para nutrir sus pensamientos; en el mejor de los casos, podría leer los libros de su hermano. Lo más seguro es que, llegada la edad de casarse, renunciara al matrimonio para concentrarse en su carrera literaria y optara por abrirse camino en Londres; allí buscaría, igual que Shakespeare, trabajo en los teatros, pero solo causaría estupor y burla y para no morirse de hambre, tendría que aceptar una posada en la que acabaría, por fuerza y a su pesar, embarazada. Posiblemente, encontrara la muerte... Como se ve, la visión no es nada optimista y así lo refleja la autora: Vivir una vida libre en Londres en el siglo XVI tiene que haber significado para una mujer que era  también un poeta y un dramaturgo* una tensión nerviosa y un dilema que bien pudieron matarla. Si hubiera sobrevivido, todo lo escrito por ella hubiera sido retorcido y deforme, fruto de una forzada y mórbida imaginación. E, indudablemente, pensé, mirando el estante donde no hay dramas por mujeres, su obra hubiera salido sin su firma.  (*Pienso que esta traducción de Borges en Alianza sonaría hoy más precisa si se sustituyeran los masculinos de un poeta y un dramaturgo por los femeninos correspondientes, de manera que al leer: para una mujer que era también una poeta y una dramaturga visualizaríamos con más naturalidad su doble condición de escritora y mujer.)


Puedes leer Una habitación propia, pinchando aquí