miércoles, 23 de mayo de 2012

Jack Kerouac y su novela On The Road

¡Qué casualidad que nuestro estudio de la Generación Beat norteamericana haya coincidido con la presentación hoy en el Festival de cine de Cannes, de la película On The Road! Dicha película está basada en la obra homónima de Jack Kerouac, quien vio publicada su novela En el camino en 1957. Aquí tienes un enlace a la noticia en la página del Festival.

Como sabes, las novelas beat se caracterizan por su desilusión ante la sociedad aburguesada y acomodaticia de la época, que se materializa en las consignas de gozar de todo tipo de experiencias (el desarraigo, el sexo, las drogas, la música, el misticismo entre oriental y cristiano) y vivir rápido. La novela de Kerouac es algo autobiográfica porque se nutre de sus experiencias cuando, junto con sus amigos, recorrió las carreteras de Estados Unidos y México entre 1947 y 1950. Él será uno de los que contribuirán a mitificar la histórica Ruta 66 entre Chicago y Los Ángeles. Esta ruta fue elegida por los emigrantes que iban al oeste en los años 30 y por los trabajadores de la industria bélica tras la 2ª G.M. En los años cincuenta, era frecuentada por los veraneantes con destino a Los Ángeles y actualmente, están señalizados muchos tramos para delicia de nostálgicos y curiosos. El punto de partida de En el camino es la ciudad de Nueva York, donde Sal Paradise (álter ego de Kerouac) conocerá a sus amigos Dean Moriarty y Carlo Marx, quienes le "abducen" con sus relatos de viajes y vida despreocupada. Con ellos comenzará su vida viajera, como declara en el primer párrafo de la novela: Con la aparición de Dean Moriarty comenzó la parte de mi vida que podría llamarse mi vida en la carretera

El guardián entre el centeno de J.D. Salinger y En el camino de Kerouac comparten motivos literarios y temas: el del viaje (interior y exterior); la búsqueda de paraísos artificiales (drogas, alcohol, música); la rebeldía juvenil y social; el uso del lenguaje cotidiano y la espontaneidad; la gran ciudad de Nueva York como personaje; el Oeste americano como destino ansiado para huir y empezar de nuevo, aunque en ambas obras resulte una utopía pues Holden decide no ir y "cuidar" de su hermana y los amigos de Kerouac descubren al llegar que todo es igual que en el resto del mundo.      

Este es el vídeo promocional de la película con subtítulos en español: 


"Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas". (Jack Kerouac, En el camino)

jueves, 3 de mayo de 2012

Reflexionamos sobre Kafka, su época y su obra

En esta entrada podéis expresar cuantas conclusiones o pensamientos queráis y que os hayan surgido  tras la lectura de La metamorfosis y el estudio de la biografía, la obra literaria y la época de Kafka. Como me comentáis que se os han quedado cosas por decir en clase, aprovechad este espacio para sugerir nuevas interpretaciones, matizar las ya comentadas o añadir datos que amplíen nuestra visión de las cosas. Estoy segura de que a todos nos gustará compartirlas.

Si viajas a... Praga

Vista de la Ciudad Vieja desde la colina Petrín, en la margen izquierda del río Moldava

Praga es la ciudad donde vivió Kafka toda su vida. Aunque viajara a menudo, siempre volvía a esta ciudad que tanto amaba y odiaba por igual (Esta madrecita tiene garras, llegó a declarar). Esta mezcla de sentimientos encontrados se corresponde con su pesimismo y carácter atormentado por un lado y con el antisemitismo incipiente por el otro, pero lo que parece claro es que la toponimia praguense no es muy significativa en sus obras. La ciudad no adquiere el mismo protagonismo que adquiría con Dostoievski, por ejemplo, ya que las descripciones realistas de Kafka lo son de universos oníricos, fantásticos y no de la realidad circundante tal y como nos tenía acostumbrados el realismo decimonónico. La ciudad pierde protagonismo en sus obras en aras de las situaciones absurdas tan propias, que hemos dado en llamar "kafkianas" y que simbolizan la precaria posición del hombre y de sí mismo en el mundo. Precisamente en esa convivencia de lo insólito y lo real radica lo novedoso de una escritura que inspiraría a los existencialistas tras la Segunda Guerra Mundial. Kafka renovará, pues, la narrativa del siglo XX en aspectos más que formales (como hicieran Proust y Joyce) de contenido.


Dibujo en camisetas y
demás mercadería de recuerdos
 
Pero volvamos a Praga: es una de las ciudades que más explota turísticamente el hecho de ser cuna de un autor ilustre. Parece que quisiera resarcirse de la indiferencia que mostrara por él en tiempos pasados nazis y comunistas, en que era considerado un autor burgués que además escribía en alemán y no en checo. En cambio, en la actualidad, el nombre de Kafka se repite en objetos y negocios de todo tipo y hasta las oficinas y guías de turismo ofertan la llamada "ruta de Kafka" que muestra los lugares donde vivió, estudió, paseó, trabajó y participó en tertulias literarias.

Si pinchas aquí verás un ilustrador enlace de la ruta kafkiana, con mapa y fotos comentadas de los lugares de interés. La vida del autor gira fundamentalmente en torno a la Plaza de la Ciudad Vieja; como dice a su profesor de hebreo: Este estrecho círculo engloba toda mi vida


Plaza de la Ciudad Vieja
Casa natal



De la casa natal junto a la Iglesia de San Nicolás, donde vivió sus cinco primeros años, solo se conserva el portal de piedra y una placa conmemorativa. Sabemos algunas curiosidades biográficas como la de la casa U Minuty, donde Kafka pasó parte de su vida escolar. En una carta recuerda que cada día la cocinera de su familia, encargada de llevarle hasta la escuela tras la iglesia de Týn, debía atravesar la plaza arrastrándole. En 1912 su padre abrió una tienda de ropa en la misma plaza, en los bajos del Palacio Goltz-Kinský. En la segunda planta de este se ubicaba el Liceo alemán donde Kafka estudió entre 1893 y 1901. La educación en lengua alemana propiciada por el padre era común entre la minoría judía que quería prosperar.

La Casa U Minuty
Palacio Goltz-Kinský

En el extremo sur de la plaza, en la casa El Unicornio, había un salón literario que frecuentaban Kafka y sus amigos de su Círculo de Praga (Max Brod y Franz Werfel, judíos que escriben en alemán como él). También asistían a él otros intelectuales de la época como Einstein, por ejemplo, que dio clase en la universidad. En otro extremo de la misma plaza comienza la exclusiva calle Parízska, flanqueada por la iglesia de San Nicolás a un lado y la casa Oppelt, al otro. Allí Kafka vivió con sus padres y ambientó su relato de La metamorfosis (1915). Siguiendo esta calle se encuentra el barrio judío de Joséfov donde Kafka asistía a los oficios religiosos de la sinagoga, de mala gana, como confiesa en su Carta al padre al cual reprocha, entre otras cosas, su religiosidad superficial propia de un judío asimilado: Como niño, en coincidencia contigo, me recriminaba yo mismo el que no frecuentara bastante el templo, el que no ayunara, etc. [...] Más adelante, como adolescente, no entendía cómo podías reprocharme, con tu nada de judaísmo, el que yo aunque fuera por "piedad", como solías decir) no me esforzara por lograr una nada semejante. Como sabes, más tarde se interesa por el sionismo y el teatro yiddish, se une sentimentalmente a Dora Diamant, hija de un rabino ortodoxo, estudia hebreo y hubiera viajado a Palestina si su tuberculosis no se lo hubiera impedido.

Calle Parizská. (la casa natal es la amarilla junto a la iglesia)

En el barrio judío, junto a la Sinagoga Española, se erigió en 2003 un monumento conmemorativo del 120º aniversario del nacimiento del autor. Como habéis comentado ya en clase, es bastante kafkiano y se presta a diversas interpretaciones. Por cierto, también le rinde tributo, aunque a su modo, el Café Franz Kafka, muy próximo a la estatua y que conserva cierto aire decadente y fotos de Praga y de Kafka en su interior.

Kafka por Jaroslav Róna 


Café Franz Kafka



En ocasiones, el centro le resultaba a nuestro autor algo ruidoso y buscaba descanso y evasión en los magníficos parques Chotek y Letná, de la otra orilla del río, bajo el Castillo. Por la misma razón durante el año 1916, se mudó a una casita azul, como de cuento, que su hermana Ottla tenía arrendada en el Callejón de Oro, nº 22, del barrio del Castillo. En la buardilla trabajaba muchas veces hasta el amanecer. Allí escribió más de una docena de cuentos y encontraría inspiración para su novela El castillo (1926). Uno de esos relatos es Un médico rural, que dedica a su padre quien lo recibe con estas secas palabras: "Déjalo en la mesita de noche". Con el tiempo, Kafka acabaría viviendo a este lado de la ciudad. Curiosamente su última casa fue un apartamento en el segundo piso del Palacio Schonborn, que hoy ocupa la Embajada de EE.UU.

Callejón de Oro nº 22

En el barrio de Malá Strana, bajo el Castillo, se ha instalado desde 2005 el Museo Franz Kafka de Praga. En él se muestra por un lado, la visión ambivalente y el profundo conocimiento histórico que Kafka tenía de Praga y por otro, la topografía novelada que, dicho sea de paso, donde más se rastrea es en su primer relato titulado Descripción de una lucha.

Museo Franz Kafka

La Universidad donde estudió Derecho y sus lugares de trabajo están muy próximos a la Plaza Nueva: en la Plaza Wenceslao junto al Hotel Europa, estaba la Aseguradora Italiana, de donde se despidió tras nueve meses de aburrido trabajo burocrático. Muy cerca de la Torre de la Pólvora, persiste la Compañía de Seguros contra accidentes de trabajo, donde Kafka trabajó doce años de manera ejemplar hasta que tuvo que jubilarse anticipadamente por motivos de salud.

 
Hotel Europa donde leyó su obra La condena
Edificio de la Assicurazioni Generali

El horario matutino del trabajo le permitía pasear al atardecer por las calles de Praga, que tan bien conocía. Por supuesto, también frecuentaba algunos cafés emblemáticos donde escribía en paz (el Continental), desarrollaba su interés por el teatro yiddish polaco (el Savoy) o se reunía con la intelectualidad de la época (el Arco, el Louvre o el Slavia). Este último, de elegante estilo art decó frente al Teatro Nacional y con vistas al río Moldava, se hizo famoso por ser frecuentado por escritores de comienzos de siglo XX, como Rilke y Kafka, y después por Vaclav Havel y otros disidentes en las décadas de 1970  y 1980. 

Café Slavia

El final de nuestro recorrido kafkiano será el Cementerio Nuevo, judío, de Zizkov donde se encuentra la tumba que cada 3 de junio, aniversario de la muerte, es visitada en peregrinaje por multitud de admiradores. La tumba ha sido declarada monumento nacional. Alberga también los restos de sus padres y en una placa abajo, pueden leerse los nombres de sus tres hermanas, víctimas del Holocausto. 

Tumba de Kafka