miércoles, 29 de febrero de 2012

Valoramos el final de la novela El jugador

Ya hemos leído la novela... Hemos asistido al proceso paulatino de degradación física y moral de Aleksei Ivanovich, el jugador. En el último capítulo, se encuentra con Mr. Astley, quien sabiamente opina sobre su estado:
"Se ha anquilosado usted -observó-; no sólo ha renunciado a la vida, a sus intereses personales y sociales, a sus deberes como ciudadano y como hombre, a sus amigos (porque los tenía usted a pesar de todo)..., no sólo ha renunciado usted a todo propósito que no sea ganar en el juego, sino que ha renunciado incluso a sus recuerdos. Yo le recuerdo a usted en un momento ardiente y pujante de su vida, pero estoy seguro de que ha olvidado todas sus mejores impresiones de entonces. Sus ilusiones, sus ambiciones de ahora, aun las más apremiantes, no van más allá del pair et impair, rouge, noir, los doce números medios, etcétera. estoy seguro." 

Alekséi Alekséi se siente ofendido por algunas observaciones y para demostrarle que no ha olvidado nada sino que por el momento ha excluido todo eso de su mente hasta que mejore su situación de modo radical, le pregunta por el pasado y acaba con unas últimas reflexiones:
"Nos abrazamos sinceramente y míster Astley se marchó.¡No, no tiene razón! Si bien yo me mostré áspero y estúpido con respecto a Polina y Des Grieux, él se mostró áspero y estúpido con respecto a los rusos. De mí mismo no digo nada. Sin embargo... sin embargo, no se trata de eso ahora. ¡Todo eso son palabras, palabras y palabras, y lo que hace falta son hechos! ¡Ahora lo importante es Suiza! Mañana.. ¡oh, sí fuera posible irse de aquí mañana! Regenerarse, resucitar. Hay que demostrarles... Que Polina sepa que todavía puedo ser un hombre. Basta solo con... ahora, claro, es tarde, pero mañana... ¿Oh, tengo un presentimiento y no puede ser de otro modo! Tengo ahora quince luises y empecé con quince gulden. si comenzara con cautela ... ¡pero de veras, de veras que soy un chicuelo! ¿De veras que no me doy cuenta de que estoy perdido? Pero... ¿por qué no puedo volver a la vida? Sí, basta sólo con ser prudente y perseverante, aunque sólo sea una vez en la vida... y eso es todo. Basta solo con mantenerse firme una sola vez en la vida y en una hora puedo cambiar todo mi destino. Firmeza de carácter,eso es lo importante. Recordar sólo lo que me ocurrió hace siete meses en Roulettenburg, antes de mis pérdidas definitivas en el juego. ¡Ah, ese fue un ejemplo notable de firmeza: lo perdí todo entonces, todo... salí del casino, me registré los bolsillos, y en el del chaleco me quedaba todavía un gulden:  «¡Ah, al menos me queda con qué comer!», pensé, pero cien pasos más adelante cambié de parecer y volví al casino. Aposté ese gulden a manque (esa vez fue a manque) y, es cierto, hay algo especial en esa sensación cuando está uno solo, en el extranjero, lejos de su patria, de sus amigos, sin saber si va a comer ese día, y apuesta su último gulden, así como suena, el último de todos. Gané y al cabo de veinte minutos salí del casino con ciento setenta gulden en el bolsillo. ¡Así sucedió, sí! ¡Eso es lo que a veces puede significar el último gulden! ¿Y qué hubiera sido de mí si me hubiera acobardado entonces, si no me hubiera atrevido a tomar una decisión? ¡Mañana, mañana acabará todo!" 
 FIN

En clase comentaremos el texto: tema, relación con el resto de la obra y características formales. Pero aquí puedes expresar tus valoraciones personales sobre este final. 

Regulación del juego online

Aquí tienes un enlace interesante para ampliar tus conocimientos sobre el juego y, llegado el caso, valorar un texto de El jugador en la pregunta 5 de Selectividad.
Se trata de una noticia sobre la aprobación de la nueva Ley del juego de 2011. Dicha Ley pretende cubrir un vacío legal para las modalidades de juego tanto tradicionales (bingo o casino) como nuevas (apuestas por internet). La noticia resalta los beneficios que reportará a todas las partes implicadas (policía, empresarios y jugadores) y ofrece datos objetivos sobre el juego en España y su dimensión económica y social.
  • Si quieres leer la noticia, pincha aquí
  • Si quieres leer una valoración de la noticia, pincha aquí (así compruebas la diferencia de perspectiva que debes adoptar para contestar las preguntas 3 y 5 de la Selectividad, objetiva y subjetiva respectivamente)
  • Si quieres ver la Ley de regulación del juego en el BOE, pincha aquí.

miércoles, 15 de febrero de 2012

El ambiente de los casinos

En la novela de El jugador, Dostoievski describe detalladamente el ambiente del casino: el lujo de sus salones, los juegos de azar (de la ruleta y el trente et quarante), los jugadores que los visitan, los tramposos que viven a costa de estos... Gracias al realismo de la novela contamos hoy con un valioso testimonio de época y es de suponer que también fuera muy ilustrativo para los lectores de fines del siglo XIX y comienzos del XX, pues tenían menos medios que hoy para conocer aquellos ambientes refinados y exclusivos.

El ambiente de los casinos del XIX puedes imaginártelo viendo este trailer de la película homónima de 1997, The Gambler. En ella se entremezclan la realidad y la ficción, es decir, el proceso real de gestación de la obra por un Dostoievski endeudado y la trama que se desarrolla en Roulettenburgo.


En clase comentaremos las descripciones del libro y nos detendremos en el proceso paulatino de adicción al juego que sufren dos de los personajes principales: Aleksei Ivanovich y la baboulinka. Ambos son novatos pero acabarán poseídos por el juego. Asistimos a los inicios de él en el capítulo 2 y de ella en el 10 con las siguientes palabras:
"Tenía por añadidura que aprender el juego mismo, ya que a pesar de las mil descripciones de la ruleta que había leído con tanta avidez, la verdad es que no sabría nada de su funcionamiento hasta que no lo viera con mis propios ojos." (cap.2) 
"Todo esto lo observaba la abuela desde lejos con apasionada curiosidad. Le agradó mucho que se llevaran a unos ladronzuelos. El trente et quarante no la sedujo mucho; lo que más la cautivó fue la ruleta y cómo rodaba la bolita. Expresó por fin el deseo de ver el juego más de cerca." (cap.10)

sábado, 11 de febrero de 2012

Dostoievski: biografía

En el siguiente vídeo de Canal Historia se resume la biografía de Dostoievski. Es algo largo (dura 45 minutos), pero puedes visionarlo para fijar con imágenes los hitos de su vida, que ya has estudiado. 

Recuerda que muchas de sus novelas recogen episodios autobiogáficos. Sin ir más lejos, en nuestra lectura de El jugador se refleja su adicción al juego y la atracción por la mujer "difícil", llamada aquí Polina como en la realidad. La vida de Dostoievski es dura. A pesar de gozar de éxito desde el comienzo de su carrera literaria, padecerá enfermedades (la epilepsia, la ludopatía); soportará años de prisión y trabajos forzados; sufrirá las muertes tempranas de familiares directos y amigos; pasará por penurias y humillaciones derivadas de las deudas contraídas por el juego, el proyecto editorial de sus revistas y la ayuda a la familia del recién fallecido hermano... Todo lo que escribió surgió del caos de su vida y del contexto social prerrevolucionario que le tocó vivir, de ahí que ahondara en el lado oscuro y la psicología de sus personajes o hiciera crítica social.





viernes, 10 de febrero de 2012

Si viajas a... San Petersburgo

Dostoievski nació en Moscú en 1821 pero se trasladó con 16 años a la ciudad de San Petersburgo y en ella residió gran parte de su vida. Su carrera literaria y periodística se vio interrumpida cuando junto con otros compañeros librepensadores, es detenido por conspirador. El zar Nicolás I lo encarcela en la Fortaleza de Pedro y Pablo. Allí estará preso ocho meses y recibirá la sentencia de muerte que le será conmutada por el exilio a trabajos forzados en Siberia. Cuando regresa a San Petersburgo, recién perdonado por el zar Alejandro II, escribirá Memorias de la Casa Muerta (1861), es decir, de su estancia en prisión y más tarde, El idiota (1868), con el mismo telón de fondo.


Fortalezade San Pedro y San Pablo
La cárcel de presos políticos estaba en el edificio semicircular a la izquierda de la imagen


En San Petersburgo ambienta Dostoievski muchas novelas y relatos, y como buen representante del realismo literario, describe minuciosamente muchos lugares que aún hoy pueden rastrearse y que incluso están distinguidos con placas conmemorativas. Uno de ellos es la Plaza del Heno (Sennaya) donde el autor vivió y cuyo barrio degradado, criminal, lleno de tabernas, puestos de juego y burdeles se recrea en la novela Crimen y castigo (1866). El despectivo héroe de la novela, Raskólnikov, merodea por el mercado bajo el calor sofocante:
"El aire irrespirable, la multitud, la visión de los andamios, de la cal, de los ladrillos esparcidos por todas partes, y ese hedor especial tan conocido por los petersburgueses que no disponen de medios para alquilar una casa en el campo (...). El insoportable olor de las tabernas, abundantísimas en aquel barrio, y los borrachos que a cada paso se tropezaban a pesar de ser día de trabajo, completaban el lastimoso y horrible cuadro". 

Mercado de Heno

La casa donde Raskólnikov asesina a la anciana prestamista no está muy lejos:
No tenía que ir muy lejos; sabía incluso el número exacto de pasos que tenía que dar desde la puerta de su casa; exactamente setecientos treinta. Los había contado un día, cuando la concepción de su proyecto estaba aún reciente. (...) Aquel día se había propuesto hacer un ensayo y su agitación crecía a cada paso que daba. Con el corazón desfallecido y sacudidos los miembros por un temblor nervioso, llegó, al fin, a un inmenso edificio, una de cuyas fachadas daba al canal y otra a la calle. El caserón estaba dividido en infinidad de pequeños departamentos habitados por modestos artesanos de toda especie: sastres, cerrajeros... Había allí cocineras, alemanes, prostitutas, funcionarios de ínfima categoría. El ir y venir de gente era continuo a través de las puertas y de los dos patios del inmueble. Lo guardaban tres o cuatro porteros, pero nuestro joven tuvo la satisfacción de no encontrarse con ninguno. Franqueó el umbral y se introdujo en la escalera de la derecha, estrecha y oscura como era propio de una escalera de servicio. Pero estos detalles eran familiares a nuestro héroe y, por otra parte, no le disgustaban: en aquella oscuridad no había que temer a las miradas de los curiosos". 
Y tampoco la taberna donde el asesino confiesa su crimen " El calor era insoportable. La atmósfera estaba tan cargada de vapores de alcohol, que daba la impresión de poder embriagar a un hombre en cinco minutos" o la casa de Raskólnikov, con un busto del autor en la esquina.


Casa vieja prestamista

Casa de Raskólnikov









Cerca está la Casa-Museo de Dostoievski, instalado en la última casa donde vivió desde 1878 hasta su muerte en 1881. El museo muestra la casa fielmente reconstruida, tal como debía de estar el día de su muerte. En el despacho, sobre el escritorio, se puede ver su pluma, la última receta del médico y el Eugenio Oneguin de Pushkin, abierto en el capítulo octavo. El reloj está parado en el momento de la muerte del escritor: las ocho y veinte. En la salita están todavía sus cigarrillos, las velas, en las parecdes fotografías y algunos cuadros. En el cuerto de los niños se expone un caballo de madera, las siluetas de sus hijos y el libro de cuentos infantiles. También en el museo hay una exposición dedicada a la vida y la obra de Dostoievski.  

Despacho de la Casa-museo. Pincha aquí si quieres ver más fotos 

miércoles, 8 de febrero de 2012

Si viajas a... Wiesbaden


cc16 Wiesbaden, la ciudad de los balnearios
Wiesbaden
La ciudad alemana de Wiesbaden (la Roulettenbourg de la novela El jugador, de Dostoievski) es una de las muchas ciudades-balneario centroeuropeas (Spa, Baden-Baden, Saxon, Montecatini...) que en la segunda mitad del siglo XIX experimentaron gran auge a raíz de la fama de los poderes curativos de las aguas termales. Alrededor de los balnearios se construyeron verdaderas ciudades descanso con teatros, hoteles, villas, extensos jardines y, sobre todo, casinos y salas de juego. Aquí descansó Dostoievski, dos días de 1863 durante su viaje a París para reunirse con Paulina Suslova. Entonces se fragua la ludopatía que le llevará de casino en casino y que refleja fielmente en su novela.
Otros personajes famosos también visitaron esta ciudad: Goethe en 1814, Brahms, Wagner, la emperatriz Sissi y tras la muerte de Dostoievski, infinidad de nobles rusos, que huyendo de la inminente Revolución, se instalaron aquí para siempre y convirtieron Wiesbaden en una milla de oro conocida como la Niza del norte.

Para ampliar información sobre las ciudades-balneario europeas, pincha aquí.
Kurhaus - Casino De Wiesbaden Con La Fuente
Casino de Wiesbaden

Casino de Wiesbaden

Para ver el ambiente elitista que se respiraba en estas ciudades, puedes mirar el siguiente vídeo de la película Ojos negros, de Nikita Mijalkov. Esta película es la versión cinematográfica del cuento La dama del perrito, de Chéjov, otro famoso autor ruso del Realismo. La historia narra el enamoramiento entre una joven y un hombre maduro, ambos casados, en un balneario de Yalta (en la película es el de Montecatini).    

lunes, 6 de febrero de 2012

Goethe. Preguntas teóricas de Selectividad

Con esta presentación que os hice sobre Goethe y su novela Las inquietudes del joven Werther, podrás repasar los contenidos vistos en clase correspondientes a las dos preguntas teóricas de Selectividad: 1. Goethe y su época y 2. Werther y la obra literaria de Goethe.

domingo, 5 de febrero de 2012

Si viajas a... Weimar

Teatro Nacional de Weimar
con estatua de Goethe y Schiller
Seguro que la ciudad de Weimar la has  estudiado en Historia y Arte (la  República de Weimar, la Bauhaus...), pero quizás desconozcas que esta fue la ciudad de residencia de Goethe desde 1775 hasta su muerte. A sus veinticinco años, llegó invitado por Carlos Augusto, el duque de Sajonia-Weimar, y desarrolló aquí una carrera política brillante (llegó a a ser ministro y consejero privado del duque). En Weimar trabaría amistad y colaboraría estrechamente con el poeta y dramaturgo Schiller y se relacionaría con personajes relevantes del mundo de la política y la cultura. Esta ciudad se había convertido en uno de los más importantes focos culturales europeos (representado por llamado clasicismo de  Weimar) y su casco histórico está lleno de notables edificios, palacios barrocos y grandes parques.

La Casa de Goethe fue construida en 1709 en el más puro estilo barroco. Fue muy visitada en los últimos años del autor por personajes tan importantes como: Beethoven, Humbold, Fichte, Madame de Staël, Schopenhauer... Hoy es uno de los muchísimos museos de la ciudad, el llamado "Museo Nacional Goethe", donde se pueden ver dependencias domésticas, objetos personales y el jardín, entre otras cosas. 

La casa de Goethe en El Frauenplan
Casa de Goethe
En el siguiente vídeo verás interiores de las casas de Goethe, Schiller y Liszt. 

Las penas del joven Werther

Os dejo un enlace de Werther con información general de la obra: argumento, impacto cultural, cierto autobiografismo en su concepción... Goethe escribe Las inquietudes del joven Werther en 1774, al final de su etapa primera de juventud y formación personal. Por entonces, adora a Shakespeare y sus tragedias. Al año siguiente viajará a Weimar y su carácter y estilo se irán atemperando poco a poco tras su vuelta de Italia (ahora es Homero quien destaca entre sus preferencias literarias).

En Werther volvemos a ver el tema de la muerte trágica, por amor. Seréis vosotros los que iréis descubriendo similitudes y contrastes entre esta obra y la de Romeo y Julieta, pero vaya por delante un avance: Goethe presenta la vida interior, los propios sentimientos con profundidad y gran lujo de detalles; hace una "vivisección" del personaje para individualizarlo y huir de cualquier estereotipo (hasta la Psicología posterior encuentra eco en pasajes de la novela).

Para leer Werther por internet podéis pinchar aquí.

Ballet de Romeo y Julieta

Esta entrada se la dedico a mis dos tocayas, las bailarinas de la clase. Disfrutad con la escena final del ballet Romeo y Julieta, de Prokofiev. Vosotras nos ilustraréis sobre tecnicismos coreográficos, pero espero que coincidáis conmigo en que ambos bailarines son magníficos y la trágica escena rezuma romanticismo y sensibilidad.


Como sabéis, la muerte de los amantes acaba con las rencillas entre las dos familias rivales y el Príncipe acaba diciendo la última palabra:

CAPULETO:
Dadme vuestra mano, Montesco, hermano mío.
esta es la dote de mi hija. Nada más
puedo pedir.

MONTESCO:
Yo sí puedo daros más,
pues he de erigirle una estatua de oro
a Julieta, de modo que, mientras Verona exista,
ninguna otra imagen ha de ser tan honrada
como la de vuestra fiel y sincera hija.

CAPULETO
Con igual esplendor, y junto a ella, yacerá Romeo.
¡Oh, pobres víctimas de nuestro odio!

PRÍNCIPE:
La mañana trae consigo una paz lúgubre;
el sol, apenado, no asoma su cabeza.
Vayamos que hemos de hablar de estos hechos
tristes. Unos serán perdonados, otros
tendrán su castigo, pues historia tan penosa nunca
hubo, como esta de Julieta y Romeo.
                  Salen todos
                         FIN

Si queréis ver otras escenas de la obra, podéis pinchar en los dos enlaces siguientes: uno es el la Danza de los caballeros del baile en que se conocen Romeo y Julieta (I,5) y el otro es la famosa escena del balcón (II,2).

sábado, 4 de febrero de 2012

Si viajas a... Verona

Estatua de Julieta, Casa de los Capuleto, Verona

Verona es la ciudad italiana en donde Shakespeare ambienta su tragedia Romeo y Julieta. La casa de Julieta atrae a muchos turistas a pesar de que no hay pruebas de que los Capuleto vivieran ahí. En el interior se ve el balcón de Julieta y abajo hay una estatua suya de bronce, cuyo pecho izquierdo es constantemente tocado por aquellos visitantes que creen que haciéndolo atraerán la suerte en el amor. Si uno visita el interior, verá mobiliario renacentista, frescos alusivos a la obra y la supuesta vestimenta de los enamorados.. demasiado atrezzo en aras del turismo. Las paredes de acceso al patio están llenas de cartas de amor escritas en todos los idiomas y, por supuesto, la tumba de Julieta está vacía.

En la obra, este es el balcón donde Julieta se lamenta de que Romeo sea un Montesco y donde los enamorados se declaran su amor (II,2): 

JULIETA.— ¡Oh, Romeo, Romeo! ¡Si fuese otro tu nombre! ¡Reniega de él! ¡Reniega de tu padre! O jura al menos que me amas y, entonces, dejaré de ser una Capuleto.
ROMEO.— ¿Debo escuchar o le hablo ahora mismo? (Dice al público, su confidente).
JULIETA.— … ¿Qué es un Montesco? La mano… ¡no!, ni es el pie, ni el brazo, ni la cara, ni cualquiera otra parte de un joven tan bello como él… ¡Si fuese otro tu nombre! ¿Qué hay en un nombre? Lo que conocemos como rosa, aunque tuviese otro nombre mantendría su perfume; de ese modo Romeo, aunque Romeo nunca se llamase, conservaría la misma perfección, la misma… Romeo, dile adiós a tu nombre, pues no forma parte de ti; y a cambio de ese nombre, tómame a mi, toma todo mi ser… (Asomándose Romeo más al balcón de Julieta.)
ROMEO.— (Ahora sí dirigiéndose a ella) Te tomo la palabra… Llámame sólo «amor» que este será como mi nuevo bautismo…
JULIETA.— ¿Quién anda ahí? ¿Quién eres tú, cubierto por la noche, que me sorprendes en mis confidencias?
ROMEO.— … Mi nombre, —cielo mío— yo mismo lo detesto, pues sé que es tu enemigo. Si fuese una palabra escrita, ahora mismo la rompería…
JULIETA.— ¿Cómo es que llegaste aquí? (Voltea a ver su cuarto como para que nadie los descubra). Es tan alto el muro del jardín que es difícil de escalar; una muerte segura, siendo tú quien eres, pues si alguno de los míos alcanzara a encontrarte…


También es el balcón por donde huye Romeo al exilio de Mantua tras pasar su noche de bodas con Julieta (V,5):

JULIETA.— ¿Ya te tienes que ir? Lejos está el alba. Era el ruiseñor, que canta al atardecer, no la alondra, la que penetró el fondo temeroso de tu oído. Canta todas las noches en aquel árbol. Créeme, amor mío, era el ruiseñor.
ROMEO.— Era la alondra Julieta, esa que anuncia el alba. No era el ruiseñor. Mira cómo la luz envidiosa enhebra las nubes deshechas del Oriente. Mira cómo las luces de la noche se han extinguido. Cómo es que asoma el día y avanza de puntillas por las brumosas cumbres de los montes. Debo irme Julieta, debo irme y vivir o esperar aquí la muerte.
JULIETA.— Aquella luz a lo lejos Romeo, lo sé, aún no es de alba, sino unos retazos del sol que se desprenden para que sean tu antorcha en medio de la oscuridad, y llenen de luz tu camino hasta Mantua.
Quédate pues, ¿por qué marcharte ahora?
ROMEO.– Sea hecho prisionero. Denme ahora la muerte, que no hay más felicidad que servir tu deseo: diré que aquella luz confusa no es el iris del alba, sino un tenue reflejo de la frente de Cintia, la diosa de la Luna.
Diré que no es la alondra la que rasga con su canto la bóveda celeste, y que deseo permanecer, y no quiero dejarte.
Ven, ven muerte: yo te saludo. Asó ordena Julieta. Hablemos, amor mío, que el día duerme aún.
JULIETA.— (Ahora sí, tomando conciencia del peligro inminente que podría ser, si se queda su esposo…) No, no duerme. Vete, que ya despierta. Huye, que es el canto de la alondra, discordante; que son ásperas disonancias que resuenan agudas.
¿Quién dijo que la alondra separa, dulce, sus trinos?
¿Puede llamarse dulce aquello que me aparta de ti?
Otros dicen que con el sapo los ojos intercambia. El acento quisiera yo que me hubiese intercambiado, puesto que así destruye nuestro abrazo esa voz, arrancándote de mi lado con el canto de la albada.
Vete, ¡ándale!, vete ya.
Que no te das cuenta que ligera se aproxima la luz del día.
ROMEO.— Luz, más y más luz… más y más negro es nuestro pesar.
JULIETA.— Ábrete ventana, que la luz entre y mi vida se marche…
ROMEO.— Adieu!, adiós querida Julieta, adiós… (apresurado, con el camisa en la mano le da un beso, largo, largo…) Adiós… mi amor te lo voy a mandar por cuantos medios tenga…
JULIETA.— (Viéndolo bajar del balcón.. habla consigo misma…)
¡Dios! Tengo llena mi alma de negros presagios… viéndote ahí abajo, te veo como si estuvieras al fondo de una tumba… me parece que están tan pálido como si estuvieras muerto… Mis ojos… ¿No me engañan? Te veo tan pálido…
ROMEO.— (Voltea a verla, parece que si la oyó…) Así es como a mí también me das la misma impresión… Seguro, sedienta la pena parece que se bebe nuestra sangre. ¡Adiós!

viernes, 3 de febrero de 2012

La reina Mab: Shakespeare y Rubén Darío


En el folklore inglés, la Reina Mab es el hada de los sueños y muchos galeses medievales la creían maestra del mago Merlín. Shakespeare la describe magistralmente en su obra Romeo y Julieta por boca de Mercutio (I, iv), quien cree dar con la razón de la sombra de Romeo camino del baile de máscaras de los Capuleto. Esta no es otra que la visita de Mab en sueños:
Ya veo que te ha visitado la reina Mab,
la partera de las hadas. Su cuerpo
es tan menudo cual piedra ágata
en el anillo de un regidor.
Sobre la nariz de los durmientes
seres diminutos tiran de su carro,
que es una cáscara vacía de avellana
y está hecho por la ardilla carpintera o la oruga
(de antiguo carroceras de las hadas).
Patas de araña zanquilarga son los radios,
alas de saltamontes la capota;
los tirantes, de la más fina telaraña;
la collera, de reflejos lunares sobre el agua;
la fusta, de hueso de grillo; la tralla, de hebra;
el cochero, un mosquito vestido de gris,
menos de la mitad que un gusanito
sacado del dedo holgazán de una muchacha.
Y con tal pompa recorre en la noche
cerebros de amantes, y les hace soñar el amor;
rodillas de cortesanos, y les hace soñar reverencias;
dedos de abogados, y les hace soñar honorarios;
labios de damas, y les hace soñar besos,
labios que suele ulcerar la colérica Mab,
pues su aliento está mancillado por los dulces.
A veces galopa sobre la nariz de un cortesano
y le hace soñar que huele alguna recompensa;
y a veces acude con un rabo de cerdo por diezmo
y cosquillea en la nariz al cura dormido,
que entonces sueña con otra parroquia.
A veces marcha sobre el cuello de un soldado
y le hace soñar con degüellos de extranjeros,
brechas, emboscadas, espadas españolas,
tragos de a litro; y entonces le tamborilea
en el oído, lo que le asusta y despierta;
y él sobresaltado, entona oraciones
y vuelve a dormirse. Ésta es la misma Mab
que de noche les trenza la crin a los caballos,
y a las desgreñadas les emplasta mechones de pecho,
que, desenredados, traen desgracias.
Es la bruja que, cuando las mozas yacen boca arriba,
las oprime y les enseña a concebir
y a ser mujeres de peso.
Es la que…
(trad. Ángel-Luis Pujante) 
John Anster Fitzgerald, El sueño del pintor (1857)

Rubén Darío también escribe sobre Mab en su libro Azul (1888), iniciador del Modernismo y que contiene poesías y cuentos. Entre estos últimos está el titulado El velo de la reina Mab” inspirado en Shakespeare. En su Autobiografía reconoce esta deuda y escribe: En El velo de la reina Mab, el deslumbramiento shakespeariano me poseyó y realicé por primera vez el poema en prosa. Más que en ninguna de mis tentativas, en ésta perseguí el ritmo y la sonoridad verbal, la trasposición musical.
 Y efectivamente, el autor hace gala de un lenguaje grandilocuente, culto, modernista, nada utilitarista, para narrar las quejas de cuatro artistas (un pintor, un escultor, un músico y un poeta) porque no se sienten comprendidos por el gran público. Mab los cubre con su velo mágico y azul y les hace soñar felices, les da vanidad y confianza en sí mismos. 

Entonces la reina Mab, del fondo de su carro hecho de una sola perla, tomó un velo azul, casi impalpable, como formado de suspiros, o de mradas de ángeles rubios y pensativos. Y aquel velo era el velo de los sueños, de los dulces sueños que hacen ver la vida de color de rosa. Y con él envolvió a los cuatro hombres flacos, barbudos e impertinentes. Los cuales cesaron de estar tristes, porque penetró en su pecho la esperanza, y en su cabeza el sol alegra, con el diablillo de la vanidad, que consuela en sus profundas decepciones a los pobres artistas.
Y desde entonces, en las buardillas de los brillantes infelices, donde flota el sueño azul, se piensa en el porvenir como en la aurora, y se oyen risas que quitan la tristeza, y se bailan extrañas farándolas alrededor de un blanco Apolo, de unlindo paisaje, de un violín viejo, de una marillento manuscrito".