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C. Guys, Carruajes y paseantes por los Campos Elíseos |
En su ensayo, Baudelaire alude a Edgar Allan Poe y su relato El hombre de la multitud (1840) con estas palabras:

¿Recuerdan un cuadro (¡en verdad es un cuadro!) escrito por la pluma más poderosa de esta época, que tiene por título El hombre de la multitud? Tras el cristal de un café, un convaleciente, contemplando la multitud con regocijo, se une, con el pensamiento, a todos los pensamientos que se agitan a su alrededor. Recientemente regresado de las sombras de la muerte, aspira con delicia todos los gérmenes y todos los efluvios de la vida; como ha estado a punto de olvidar todo, recuerda y, con ardor, quiere acordarse de todo. Finalmente, se precipita a través de esta multitud en busca de un desconocido cuya fisonomía, entrevé en un abrir y cerrar de ojos, le ha fascinado. ¡La curiosidad se ha convertido en una pasión fatal, irresistible!Imaginen a un artista que se encontrara siempre, espiritualmente, en estado convaleciente, y tendrán la clave del carácter del Sr. G. (Capítulo III "El artista, hombre de mundo, hombre de la multitud y niño")
Este Sr. G. no es otro que Guys, quien según declara Baudelaire, le ha pedido quedar en el anonimato para mantenerse fiel a su gusto por mezclarse con la multitud y no destacar entre la masa de las ciudades modernas. La curiosidad que mueve a Guys es la del hombre-niño, que contempla un mundo lleno de misterio y encanto donde todo es posible; es la misma curiosidad que la del narrador anónimo del relato de Poe. Este narrador nos muestra la vida cotidiana y cuando mira cara a cara al viejo a quien ha estado siguiendo por todo Londres, se queda contemplándolo pasar sin que el anciano repare en su persona. El viejo de Poe, su hombre de la multitud, busca la gente, se crece con ella y permanece en ella. Es el narrador solitario que lo persigue el que se asemeja más al artista, pues no se instala en la multitud sino que desde su soledad ve las contradicciones de la vida moderna, sus propias contradicciones. El hombre de la multitud de Poe es el que finalmente parece que le hiciera pensar al lector y a Baudelaire si acaso el perseguidor no es reflejo o complemento del perseguido, porque ambos viven de la multitud.
Podéis leer aquí el relato completo de Poe y ver abajo una versión en vídeo.
Actividades propuestas
Podéis leer aquí el relato completo de Poe y ver abajo una versión en vídeo.
Actividades propuestas
- Anota en qué poemas de "Cuadros parisienses" se declara explícitamente que es la gran ciudad el objeto de inspiración poética y no la naturaleza.
- Anota en qué poemas identificamos al Baudelaire flâneur con el narrador del relato de Poe, es decir, cuándo lo vemos observando a alguien que distingue entre la multitud, parapetado en su anonimato.
- Relee el poema en prosa titulado "Las muchedumbres" y observa que el placer por sumergirse en la multitud también está aquí presente.
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